Hoy te quiero contar mi secreto para “llegar a todo”… Es este: No lo hago. No llego a todo y tampoco quiero hacerlo.
Hace unos años atrás me propuse vivir más slow pero full de intenciones. Parar, sentir, conocerme, avanzar, respirar, volver a parar, transformar y seguir avanzando, pero esta vez con sentido.
Haciéndolo yo, conscientemente, antes que el cuerpo me lo pida a gritos y colapse.
Siento que aún sigue muy de moda decir o sentir que la “vida no te da”, que está bien siempre estar ocupadas y estresadas, que es normal el “burn out” y a cualquiera le pasa.
Bueno, yo vengo del futuro a decirte que no está bien, no es cool ni saludable.
Dejé de querer llegar a todo. Solté todos esos objetivos impuestos por mi sin ningún norte.
Entendí que NADIE tiene tiempo (ni vida) para hacer todo lo que le gustaría.
Aprendí a apreciar el momento presente, hacer las cosas con consciente plena sin pensar en qué viene después.
Aprendí a priorizar y reconocer lo que realmente quiero lograr en la vida y en la persona en que me quiero transformar… y adivina qué, poco a poco todas las piezas se fueron encajando y ahora disfruto lo que hago y lo más importante de todo, sé porque lo hago.
Ya no quiero llegar a todo, ahora me enfoco en llegar a lo que realmente me importa.
Esto fue lo que hice:
- Analicé todas las áreas de mi vida, en las que estoy más satisfecha y las que no.
- Escogí un área a trabajar. Esa que me haría vivir con sentido, que me sacaría de mi zona de confort y que además, aportaría a mi entorno.
- Creé un plan de acción. Con objetivos específicos, con duración, control de seguimientos y mediciones.
- Cambié hábitos. Reconocí los que no me acercarían a ser la persona que quiero y poco a poco, fui creando otros que me ayudan a mantener esta nueva identidad.
- Ah, sí! Cambié de identidad. Eso quiere decir que dejé bien claros mis límites, escogí a las personas que quiero cerca de mí y que no juzgan mi evolución. Ya no tengo vergüenza o culpa decir que NO a situaciones incómodas o dejar de ir a lugar donde no quiero estar.
- Salí de mi zona de confort, con miedo y todo. Esto es de valientes.
Te hablo desde mi experiencia porque sé que todas somos diferentes, con necesidades distintas. Pero te digo de todo corazón, cuando dejamos de querer llegar a todo, comenzamos a vivir para llegar a eso que de verdad nos importa, lo que nos marca un antes y un después.
Un abrazo,
Shaula Margot.
0 comentarios